CRÉDITOS EUROPEOS: ‘Bienvenida al pueblo, doctora’

Cosmopolitan TV emite ‘Bienvenida al pueblo, doctora’, una comedia alemana que muestra las aventuras de una cardiocirujana de éxito obligada a trabajar en un pueblo como médico rural. Y por supuesto, obligada a vivir allí.

En alguna ocasión Phoebe Bouffay imitó el acento británico e incluso intentó dar un curso acelerado de francés a un amigo que tenía una audición, por lo que no era de extrañar que Regina Phalange, su alter ego, se presentara alguna vez con acento francés.

Toda esta justificación para explicar que Regina Phalange, a la hora de buscar una serie, siente una especial fascinación por Europa y que sus producciones merecen etiqueta propia. Así inauguramos estos CRÉDITOS EUROPEOS con una producción que no es francesa ni británica sino alemana.

Comedia ambientada en un pueblo ganadero de Alemania

Las caídas, meteduras de pata, tanto las literales como las figuradas, de una cardiocirujana que se ve obligada a convertirse en el médico rural y sus intentos por adaptarse a pequeña localidad ganadera donde se instala son la base de la comedia ‘Bienvenida al pueblo, doctora’. Cosmopolitan TV estrenó el pasado 30 de marzo esta historia que tiene como protagonista a Fritzi Frühling (Inez Bjørg David), una mujer de unos treinta años, urbanita y triunfadora en el plano laboral y sentimental cuya vida se desmorona en veinticuatro horas. O en el primer cuarto de hora del primer episodio, cuando Fritzi, sin pareja y con su puesto de trabajo en la cuerda floja, se da cuenta de que no podrá salir de ese pintoresco pueblo llamado Kanada en el que vivió hace unos años. Y que además tendrá que relacionarse con sus rudos habitantes. Y con su antiguo novio Falk Wolf (Bert Tischendorf), el veterinario del pueblo, y su vecino Kai (Steve Windolf) y como imaginaréis, los dos son bastante atractivos.

Este triángulo amoroso, esos gags basados en caídas y en los “vete a tomar por culo” y “mierda” que Fritzi repite en cada frase, y esos personajes bruscos pero con buen corazón de ‘Bienvenida al pueblo, doctora’ la convierten en una comedia bastante predecible pese a ciertas situaciones surrealistas como que la protagonista tenga que hacer el boca a boca a una oveja o que se derrame en su vestido la inseminación para una vaca, por ejemplo. 
He visto los dos primeros episodios y me pregunto si en los siguientes los guionistas arriesgarán algo más en este tipo de situaciones y no tanto en exagerar el contraste entre la vida en la ciudad y en el pueblo (la protagonista se encuentra viviendo en una casa sin electricidad y con ranas que te esperan en la bañera), que en mi opinión termina siendo muy forzado.